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Navidad y fin de año tiempo de reciclar en familia

¿DEJARSE LLEVAR O RESISTIR?

Cada año, las fiestas navideñas y de fin de año dejan algo más que familia, buenos propósitos, regalos, imágenes enternecedoras; como la leña calcinándose en la chimenea, la cálida luz del árbol de los deseos y el pesebre con el nacimiento del redentor en el mejor sitio de la casa. En la mayoría de los casos se convierte en una carrera de obstáculos, entre celebraciones, compras y comidas. 

Desde la última semana de noviembre y hasta la primera semana de enero, se extiende en la actualidad el periodo de venta más importante para la mayoría de las empresas dedicadas al comercio minorista, tanto físico y electrónico. Éstas experimentan un importante aumento de su facturación en términos generales en todo el mundo.

Desde la envolvente campaña publicitaria del Black Friday, a finales de noviembre, pensada para motivar el adelanto de las compras navideñas; así como, las liquidaciones de inventarios y saldos con precios desinflados en enero, dirigidos para los que no lograron realizar sus compras en diciembre. Esto ha provocado que las grandes cifras de consumo compulsivo que se concentraban solo en las fechas de navidad y fin año,  se incrementaran aún más, producto de la inclusión de estos dos períodos (previo y posterior). Dichos períodos complementarios han permitido incluir en esta gran bola de nieve, a los consumidores precavidos y a los consumidores escépticos, provocando aumentos adicionales en los niveles de consumo año tras año.    

En este sentido, es la época en la que generamos más residuos: envoltorios, sobras de comida, objetos viejos, aparatos rotos. El incremento del consumo conlleva a la generación de más residuos, creando imágenes de vertederos abarrotados en un planeta cada vez más asfixiado. 

Consejos prácticos y sencillos para disfrutar de esos momentos en familia  y amigos.

  • En caso de querer o tener que comprar, lo ideal sería adaptar el regalo a la persona que vayamos a regalar, tratar de reducir envoltorios, comprar productos de proximidad y que cumplan con el criterio de relaciones laborales justas. 
  • Minimizar el uso de envases de plástico en alimentos; a su vez, apuesta por envoltorios y envases compostables.
  • En las comidas de las celebraciones se corre el riesgo de tirar más desperdicios de lo habitual. Hay que recordar que se desperdician al año unas 1.300 millones de toneladas de alimentos en todo el mundo, un problema ecológico, económico y social en aumento. Al momento de comer, toma pequeñas porciones y repite las veces que quieras hasta quedar satisfecho, así evitas desechar comidas; ¡No olvides compartir!
  • Reciclar es importante, reducir y reutilizar aún más. En estas fiestas se tiende a consumir más de lo habitual, pero se puede hacer dentro de un orden, sin despilfarros ni exageraciones. Antes que el reciclaje, la primera prioridad del consumidor ecológico es reducir (consumir solo lo necesario); y la segunda, reutilizar (reaprovechar los productos para darles una vida útil mayor).
  • La Navidad es la época del año en la que resulta más evidente la huella ecológica que generamos con nuestros gastos y excesos generan toneladas de vidrio, papel, cartón, plástico y, por supuesto, una gran cantidad de dispositivos móviles, tabletas y otros dispositivos electrónicos que serán desplazados por las últimas novedades tecnológicas. Si tu plan es renovar algún dispositivo, pregunta por sitios donde puedas reciclar el dispositivo obsoleto.
  • Las luces de Navidad dispuestas cuidadosamente por las casas y que se quedan encendidas durante toda la noche implican también un gasto energético innecesario de alrededor del 30 % adicional. Tener aparatos funcionando todo el tiempo y no apagar las luces es un costo muy alto de energía en términos económicos y ambientales. ¡Enciende las luces con moderación!
  • Procura evitar el uso de acebo y musgo, ya que el primero de ellos está en peligro de extinción y el musgo es un elemento necesario en la naturaleza ya que ayuda a conservar el suelo y permite la germinación de las semillas.
  • Los árboles artificiales son menos ecológicos, la mayoría de ellos son de plástico, por tanto su producción es más contaminante aunque la ventaja es que si los cuidamos bien pueden durarnos muchos años. Una forma de reducir esta contaminación es comprando árboles hechos con material reciclado.

Terminan las celebraciones. ¿Qué hacemos con todo?

Llega la hora recoger, clasificar y guardar todos nuestros adornos navideños. Se inicia también el proceso de deshacernos correctamente de nuestros residuos.

  • La mayor parte de lo que se compra son residuos. Una vez que sacas el regalo de su envoltorio, no encontramos con múltiples cartones dentro de la propia caja, plásticos protectores unidos a la bolsa que los contiene, el papel de regalo y el tradicional lazo decorativo. Todas esas cosas se van directas al proceso de reciclaje y recolección del residuo.
  • Todo necesita ser retirado ya que no nos resulta útil, pero la mayoría de las cosas pueden tener un valor una vez terminado nuestro uso, si depositamos nuestros residuos en los contenedores que les corresponde, estamos asegurando que vayan a tener un tratamiento adecuado y por tanto, aumentar su utilidad.
  • Reutilizar cualquier adorno o material para darle un uso cotidiano -forrar libros, libretas, cajas o cualquier superficie con papel de regalo, o simplemente guardarlos para las próximas Navidades es un modo fácil de darles una segunda vida
  • Recoger los envases y envoltorios de forma ordenada, intentando que ocupen lo mínimo, por lo que en ocasiones habrá que doblar cajas o papeles.
  • Guardar por tipos, ya sean plásticos, papeles, cartones, latas, vidrio u otros materiales, siempre teniendo en cuenta que deberemos introducirlos en un contenedor de determinado color. 

Podemos conseguir muchas cosas con solo cambiar algunos hábitos. Podemos empezar por la reducción de nuestro consumo y comprando materiales reutilizables para aumentar la vida útil de los mismos. Los residuos pueden tener también una segunda vida gracias al reciclaje, este comportamiento nos llevara progresivamente a tener residuo “cero”, siendo beneficioso para el medio ambiente y nuestra la economía.

Navidad y fin de año son días de excesos en muchos sentidos, pero podemos disfrutar de estos días festivos sin dejar nada de lado, manteniendo nuestro comportamiento sostenible del resto del año y a su vez teniendo en cuenta el efecto que esos excesos tendrán en el medio ambiente. 

“Podemos hacer menos cosas, pero disfrutarlas todas al máximo”

 

Feliz Navidad y un próspero año 2021 procurando un planeta sostenible.

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